Natxo Vadillo
La autoridad hay que ganársela, no imponerla
- gerencia de riesgos
- mejora de la competitividad de las empresas
Como todo en la vida, siempre conviene convencer dando ejemplo que aplicar la autoridad por el mero hecho de ser propietario.
Con tus socios en la oficina, con tus hijos en la familia, con tus amigos en la calle, con tus clientes en sus empresas… siempre uno consigue el respeto de los demás, como digo, dando más que recibiendo.
En España, dentro de muy poco cumpliremos un año con un gobierno en funciones, situación rocambolesca donde las haya que tiene que terminar cuanto antes.
Durante esta semana, en el principal partido de la oposición, hemos visto que se descompone por una rivalidad interna brutal. Lamentablemente, esta no es una oportunidad para nadie, ya que es obvio que hace falta en el país una izquierda moderada fuerte.
Es curioso comprobar que se superarán las previsiones iniciales de crecimiento aproximándonos al 3% del PIB, derivado de la inercia que las empresas están siguiendo, invirtiendo y generando empleo debido al cambio del modelo productivo y al incremento por consiguiente de las exportaciones.
La economía necesita certidumbre y con el panorama mundial, donde los países emergentes tienen problemas económicos derivados de las crisis de materias primas, el cambio del modelo productivo de China hacia el consumo interno disminuyendo sus exportaciones, la evolución del populismo como el Brexit, Marine Le Pen, Donald Trump… donde sus políticas son de proteccionismo comercial, no ayuda para nada a las empresas nacionales.
Mientras tanto, aquí al sur de Europa, no se consiguen poner de acuerdo nuestros políticos para formar un gobierno estable donde tienen que acometer de forma urgente políticas que avancen en la senda del crecimiento como una reforma fiscal, dado que no es posible tener un gasto público por encima de los ingresos, reformas urgentes en pensiones y su sistema de reparto ante la inminente envejecimiento de la población, reformas energéticas disminuyendo sus costes a las empresas y así sucesivamente con mil retos por delante con un fin claro de cambio de modelo productivo para hacer un país sostenible.
En definitiva y resumiendo hay cuatro paradigmas que quien gobierne y lo haga pronto tiene que tener presentes. El primero, incrementar la productividad de las empresas mediante una clara apuesta a las pymes, el segundo disminuir la elevada deuda pública, el tercero anticiparse ante el envejecimiento de la población con las evidentes próximas dificultades del sistema de pensiones y cuarto, desmontar en lo posible políticas ante el proteccionismo comercial.
Únicamente cuando hay libertad las economías suben.
Natxo Vadillo – Compitte –