Natxo Vadillo
Los riesgos de hackear la informática aplicada al automóvil
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¿Que a estas alturas de la vida nos tiremos de los pelos viendo que todos los días los hacker demuestran como vulnerar la seguridad de los software no nos puede llevar a la sorpresa verdad?
Tengo que reconocer que la noticia que ayer pude observar en el The Huffington Post (ver http://goo.gl/k4F1bU ) me inquieta. Me preocupa, ya que si han conseguido hackear los sistemas informáticos de los coches de lujo dominando a su antojo los controles de velocidad, frenada, dirección, etc… que pueden provocar cuando menos inquietud a los usuarios de los coches.
Los fabricantes cada día que avanza tienen más desarrollados sistemas de conducción automatizada y están dotando ingentes cantidades de dinero para lanzar al mercado sistemas seguros que permitan la navegación automatizada total de los coches.
Pero ahora y a la vista de la información publicada existe una variable más del riesgo, que es que pueden incluso hackear estos sistemas lo que redundaría en un grave problema de seguridad al estar sometidos a sabotajes.
Desde el punto de vista de la gerencia de riesgos y de cómo podemos evaluar previamente estos riesgos estamos ante un reto que ahora mismo tiene difícil respuesta. ¿Qué puede ocurrir en cuanto a las responsabilidades que sean imputables a los fabricantes si estos sistemas no ofrecen suficientes garantías con resultado de lesiones o incluso de muerte de los usuarios?. ¿El mercado asegurador estará dispuesto a dar suficiente capacidad de cobertura a los riesgos de la tecnología aplicados al automóvil?
No se trata de volver a la era analógica ni mucho menos, estoy convencido que al igual que ocurre en el mundo de la aviación cuando estos sistemas de conducción automatizada estén en el mercado tendrán toda una serie de recursos redundantes con el fin de otorgar la suficiente confianza al usuario, pero no deja de ser cuando menos inquietante que el hombre a la vez que es capaz de avanzar para mejorar de igual manera es capaz de avanzar para destruir.