Natxo Vadillo
Algo se muere en el alma cuando un amigo se va
- valores de la sociedad
En la madrugada de ayer, nuestro amigo Kepa nos dejó para siempre. Cariñosamente llamado por nuestra cuadrilla como Heavy Bueno – cosas de chavales – lo cierto es que ya desde ahora mismo lo estamos echando de menos.
Un tipo magnífico, afable, entrañable, discreto, sin fisuras, en fin, un gran hombre, al cual su querida Vitoria está en deuda ya que debería de otorgarle una calle en su honor, francamente.
Hace un año que conoció la noticia. No sólo no se derrumbó, sino que nos dio aliento a todos. Convocó una jornada dominical con tres conciertos de grupos locales al que fuimos centenares de allegados completamente emocionados, pero el tipo lo quiso hacer así.
Un referente en la actitud positiva, en saber apreciar al máximo con su querida Anita y con todos sus amigos que los tenía por todas partes.
Quizás el título de esta expresión nos retrotrae a la famosa canción del folclore del sur. Feria que, en otras circunstancias mucho más salubres, hubiera sido un placer haber contado con su presencia, sin embargo, no va a poder ser.
Una pena muy grande. Nuestra primera baja en nuestra cuadrilla de una persona que ha pasado por la vida con su impronta sin dejar indiferente a nadie y sin enemigo alguno.
Así es como me gusta la gente, la que apreciamos que no es para nada indiferente y que participa y aporta siempre.
Hasta siempre Heavy Bueno.
Natxo Vadillo